En el país, el sector de combustibles no está regulado, como sucede con el servicio de gas y electricidad. Sin embargo, los gobiernos inciden sobre el precio a través de YPF, que tiene una participación de mercado del 55% del despacho de nafta y gasoil.
En este contexto, en el año, los precios de la nafta y el gasoil subieron en promedio 63%, en línea con la inflación acumulada hasta julio. Sin embargo, en el mismo periodo aumentó la brecha de precios entre el valor local del barril de petróleo (US$63, aproximadamente) con la cotización internacional del Brent, que está en US$84.
Hasta antes del incremento de hoy, el litro de nafta súper al tipo de cambio oficial valía en promedio 60 centavos de dólar en la ciudad de Buenos Aires, cuando su precio histórico rondó un dólar. Es decir, estaba en un 65% por debajo de su valor histórico. Con el nuevo aumento, el promedio de la nafta súper pasará a estar en 70 centavos, todavía muy detrás de un dólar.
La petrolera Raízen, licenciataria de las estaciones de servicio Shell, que tiene los valores más altos del mercado, tiene los siguientes precios las estaciones porteñas luego de la suba de 12,5%: nafta súper, $250 (US$0,71); nafta premium, $345 (US$0,98); gasoil súper, $281 (US$0,8), y gasoil premium, $362 (US$1). El tipo de cambio oficial mayorista es de $350.
El viernes pasado, en la conferencia trimestral que ofrece YPF por cotizar en la Bolsa de Nueva York, el banco UBS preguntó qué escenario de paridad de precios se espera para los próximos dos trimestres, dado que la petrolera había logrado bajar en el último año de 40% a 13% la brecha entre los valores locales y el internacional.
“Nuestra estrategia fue aumentar los precios para compensar al menos la devaluación de la moneda y al mismo tiempo hubo una baja de los precios internacionales. Eso ayudó a paliar y reducir la brecha entre los precios locales y los precios internacionales”, explicó Alejandro Lew, CFO de YPF.
Sin embargo, admitió que desde fines del segundo trimestre, al haber un repunte de los precios internacionales, la brecha aumentó nuevamente. “Hemos seguido avanzando con aumentos de los precios, pero no han logrado trasladar toda la devaluación de la moneda. A día de hoy [antes de la devaluación del lunes], nos situamos un 10% por debajo de la cotización del dólar de a fines del año pasado”, dijo Lew.
“Además de eso, dado el repunte de los precios internacionales, nuestra brecha hoy probablemente se acerque al 30% con respecto de los precios internacionales. Esa sería la noticia negativa. Ahora bien, para el resto del año, seguiremos buscando ajustes en los precios de los combustibles, para reducir la brecha. Sin embargo, somos conscientes del entorno macro y del nivel inflacionario. Vamos a hacer lo mejor que podamos, pero teniendo en cuenta la realidad de nuestros clientes y la asequibilidad de nuestros productos. Es difícil predecir cómo seguirá evolucionando la brecha, sobre todo por la volatilidad de los precios internacionales, aunque seguiremos buscando reducirla al nivel más bajo posible”, agregó el directivo, intentando un delicado equilibrio entre las demandas políticas de su principal accionista (el Estado argentino) y el resto de los inversores privados.