Se produjo en la intersección de avenida Dorrego (49) y calle 17, donde su madre, Teresa Belver, procedió al repintado de la estrella amarilla que yace en el lugar en presencia del titular de Tránsito de la comuna, Lucas Quiñones.
A seis años de su fallecimiento se solicitó a la población prudencia a la hora de conducir para que no haya que pintar más estrellas amarillas.
Su mamá agradeció al municipio por el acompañamiento en estos años y recordó que la estrella amarilla es sinónimo de siniestro vial y una alerta para todos los automovilistas porque establecen que allí se tiene que lamentar una víctima.