Drama, fe y milagro

Muchas personas siguen a Dios, no dudan de su existencia, por lo tanto los acontecimientos milagrosos están dentro de sus creencias. Un milagro es una situación, un fenómeno o una acción que no puede explicarse a partir de los principios naturales y que, por lo tanto, es imputado a la participación de una entidad divina. La definición del término, de todas formas, varía de acuerdo a las creencias religiosas.

Una balcarceña, hace 18 años nació con serios problemas que le diagnosticaban además una vida breve y limitada. Contra todos los pronósticos, superó la adversidad y los médicos que atendieron su caso no encontraron nunca una explicación concreta.

Zoe Russo llegó al mundo el 22 de abril de 2002, pero su nacimiento no fue simple, se temió por su vida en varios momentos e inclusive por la de su madre Alejandra, debido a las complicaciones experimentadas a partir del octavo mes de gestación, cuando el médico que atendía su caso descubrió algo que le llamó la atención y la derivó sin escalas al Hospital Garrahan de Capital Federal.

"Gracias a Dios tomaron ahí mi caso, empezaron a hacer estudios y vieron que era algo muy particular y pocas veces visto. El diagnóstico fue hernia diafragmática congénita, notaron que mi diafragma no se había desarrollado; podía ser que se había desarrollado muy poquito o que directamente no estaba. Habían constatado cuatro similares anteriormente en Argentina y todos habían muerto, entonces nunca se pudo probar algo que funcionara y había muchas especulaciones e incertidumbre en todo ese proceso", contó a modo introductorio la propia protagonista de la historia.

FUERA DE LUGAR

Su nacimiento finalmente se produjo en dicho centro asistencial, se le realizaron diversos estudios y los profesionales intervinientes comprobaron que sus órganos estaban muy "desordenados": el estómago se ubicaba en el lugar del corazón, que por su parte se había desplazado hacia el sector derecho y latía muy cerca del pulmón y le provocaba daño, mientras que el pulmón izquierdo nunca se había desarrollado porque el estómago estaba ocupando su espacio.

"Vieron un diagnóstico que indicaba que mis probabilidades de vida eran nulas, nací dormida y me mantuvieron entubada y enchufada a máquinas por tres días. Mi corazón seguía latiendo así que decidieron realizar una cirugía consistente en acomodar los órganos y colocar una malla que simulara ser el diafragama, para que eso se mantuviera en el lugar que le correspondía. Fue una operación de muchísimo riesgo, desperté y dijeron que era muy probable que estuviera toda mi vida con respirador, dependiendo de máquinas y que iba a ser sorda, muda y tendría problemas de aprendizaje, cuerpo asimétrico y muchos problemas físicos. Eso era en el mejor de los casos y si llegaba a vivir más de cinco años, esa era la esperanza de vida. Hubo altos y bajos, pasó un mes y decidieron desenchufarme para probar si podía respirar por mí misma, lo que hice de a poquito, lógico con algunas dificultades. Respiraba con un solo pulmón, el otro no lo tenía", añadió a su relato.

ALGO INEXPLICABLE

Le dieron el alta médica y regresó con su familia a Balcarce, pero a los tres meses y ante otra situación que no era la mejor fue trasladada al Hospital Materno Infantil de Mar del Plata, donde se la sometió a una segunda cirugía. En esta oportunidad, la malla que le habían colocado sufrió un desprendimiento, provocando un nuevo desacomodamiento de sus órganos, con la peligrosidad de derivar ello en cualquier momento en un paro cardio respiratorio.

Fue una operación similar a la primera, luego autorizaron a sus padres a traerla nuevamente a su casa y a partir de allí reanudaron los controles mensuales en el Garrahan. Hasta que al medio año de vida los médicos observaron algo inédito: había aparecido el segundo pulmón.

"No lo podían creer, hicieron la placa varias veces, era como imposible y no le encontraban explicación. Ellos mismos dijeron que aunque hubiesen querido no se podía haber desarrollado ese pulmón, médicamente no podían hacer nada, no podían ayudar en nada para que se desarrollara, más allá de intentar que viviera con uno solo. Y a los seis meses, de la nada, estaban los dos pulmones. Los médicos no lo podían creer y decían que era un milagro", contó Zoe.

SIN LIMITACIONES

A los cinco años recibió el alta definitiva y felizmente, contra los pronósticos desalentadores del principio, pudo hacer en estos 18 años una vida sin inconvenientes.

En ese sentido, dijo que "siguió pasando el tiempo, crecí normalmente, puedo hablar, escuchar, tuve un buen desarrollo físico, psicológico y todo rompiendo los diagnósticos de los médicos. Hasta hoy estoy bien, sana, siendo un milagro".

MAURO RUSSO: "CAMINO DE LA MANO DE UN MILAGRO"

Mauro Russo acompañó a su hija en la charla con El Diario, siempre estuvo atento a cada palabra de la historia contada y no pudo pasar por alto esos recuerdos, donde se entremezclaron sensaciones por aquellos momentos vividos y todo el camino transitado hasta este grato presente.

Al respecto, señaló que "había que pasarlo, el resultado final fue hermoso. Estar en el Garrahan fue muy triste porque nos hicimos amigos de muchas parejas que no tuvieron un buen resultado, mientras que nosotros siempre fuimos avanzando para bien. A veces nos decían que podía venir algún retroceso, pero siempre era un avance, una atmósfera de milagros, porque ella con un pulmón respiraba mejor que cualquiera con dos. Y después más adelante cuando fuimos y les mostramos a los doctores las fotos de ella haciendo danza, no lo podían creer".

Como mucha gente sabe, Mauro es líder de los pastores de la Iglesia Comunidad de Fe, cumpliendo una activa labor dentro de la misma en su calidad de referente. Y por supuesto que se lo consultó sobre la relación entre la fe y el particular caso que debió atravesar su hija, ante lo cual ofreció la siguiente respuesta: "nosotros lo atribuimos a varios milagros. Hay gente que no cree en milagros, que no cree en Dios, pero yo camino de la mano de un milagro, es lo que puedo decir. Lo vimos tan de cerca y que la medicina llegó hasta un punto y después ellos mismos se sorprendían… yo miro mucho la cara de los médicos. Ahora lo cuento como algo hermoso. Y ni hablar de Zoe, es un milagro".

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