Se trata de la muestra “Vacaciones en Trulalá” perteneciente a la Fundación Osde a través de la cual se le rinde homenaje al creador de personajes memorables como Anteojito, Hijitus, Larguirucho, Oaki, Petete y Calculín, entre muchísimos otros que deleitaron la infancia de los argentinos y latinoamericanos durante más de cincuenta años.
Los trabajos podrán apreciarse en las instalaciones de Suipacha y 35 hasta el 7 de septiembre.
La muestra es un recorrido por la trayectoria de este artista gráfico, historietista y animador, que incluye sus grandes personajes, publicaciones, películas y series de televisión, con exhibición de más de cuarenta dibujos originales, bocetos, obras inéditas, revistas y gigantografías.
García Ferré nació el 8 de octubre de 1929 en Almería, España. Su infancia transcurrió durante la Guerra Civil Española y las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial. Contaba don Manuel que en aquella época solía hacer sus propios juguetes con alambres, latas y objetos en desuso que encontraba. Su afán creador lo llevó a apasionarse por el dibujo desde muy chico, al concebir personajes y mundos de ilusiones que lo ayudasen a sobrellevar ese momento tan duro de su vida.
Llegó a la Argentina a los 17 años. Trabajó como dibujante para agencias de publicidad, mientras estudiaba en la Facultad de Arquitectura. De su vida en España y de sus primeros tiempos en Buenos Aires datan hermosos dibujos de los lugares que lo atraían y sorprendían diariamente, realizados con la línea sensible de aquel que pone el corazón en sus realizaciones.
Fue un inquieto creativo que extendió su trabajo a la industria publicitaria y cinematográfica, realizando los largometrajes Mil intentos y un invento, Trapito, Ico, el caballito valiente, Manuelita, Corazón, las alegrías de Pantriste y Soledad y Larguirucho. Se inició en la revista Billiken, donde debutó su personaje Pi-Pío en 1952, y con su propia revista, Anteojito, a partir de 1964 fue líder del mercado editorial durante treinta y siete años.
También realizó dibujos animados y muñecos para series de televisión como Las aventuras de Hijitus, El libro gordo de Petete y Calculín. Sus personajes son amados por varias generaciones. Después de todo, Manuel García Ferré siempre pregonó que lo importante es el niño que llevamos dentro.