Se trata de personas que amparadas en el anonimato se comunican telefónicamente manifestando tener secuestrado a un familiar de quien los atiende, exigiendo la entrega de una determinada suma de dinero a cambio de su liberación.
De acuerdo a lo que se pudo conocer, en al menos un caso se habría consumado el ilícito cuando una persona de edad avanzada, domiciliada en la zona de la plaza de “La Cruz” calle 26 entre 25 y 23 recibió uno de esos llamados y, creyendo lo que le manifestaba su interlocutor, depositó una suma de dinero (pesos y dólares) en una bolsa de nylon que, siguiendo las instrucciones que le daban, depositó en el cesto de residuos de donde instantes después había desaparecido. Poco después, el damnificado, se dio cuenta de que había sido víctima de un engaño.
