Delincuentes sorprenden a matrimonio que descansaba: les roban dinero y alhajas

A las 2.30 de ayer comenzó esta "verdadera película de terror". El conocido comerciante Antonio Colavita, propietario de Parrilla "Ruta 55", en avenida Centenario y 43, y su esposa Lucía Filotti se encontraban en pleno descanso en la vivienda que poseen, lindera al comercio. Unos minutos antes se había retirado el personal del local luego de finalizar su tarea.
Ese fue el momento elegido por tres audaces delincuentes que habían planeado a la perfección el robo a juzgar por la manera en que se desplazaron y a la vez actuaron una vez ingresados al predio.
Se presume que con una barreta consiguieron forzar una de las rejas exteriores que por seguridad, vaya paradoja del destino, había colocado Colavita en su vivienda. Una vez logrado su cometido, el paso siguiente fue romper un vidrio y de esa manera abrir la ventana para rápidamente desplazarse por el living y llegar al cuarto donde descansaba el matrimonio.

Si bien alcanzaron a oír ruidos extraños, ni Colavita ni su mujer alcanzaron a reaccionar a tiempo. Al contrario, mayúscula fue la sorpresa cuando se encendió la luz de la habitación y aparecieron los tres desconocidos. Tenían sus rostros cubiertos con capuchas para no ser reconocidos.
Si bien no exhibieron armas de fuego, los malvivientes amenazaron a sus víctimas, a quienes les exigieron que les entregaran el dinero que tenían en su poder.
En ningún momento el matrimonio Colavita intentó resistirse en su afán de preservar su integridad física. Precisamente ese fue el único pedido que le hicieron a los sujetos: que no los golpearan.
Mientras Colavita les dio el dinero que tenía a su alcance a uno de los ladrones, sus cómplices comenzaron a provocar un descomunal desorden en procura de incrementar su botín. Así fue como se apoderaron de alhajas, las alianzas del matrimonio y otros objetos de valor.
No obstante, no conforme con el dinero que habían conseguido reunir, uno de ellos amenazó de muerte a los dueños de casa si no le entregada la llave de una pequeña caja de seguridad que había encontrado. Así lo hizo Antonio. En el interior de la misma había dólares.
ATARON A SUS VÍCTIMAS
Transcurridos algo más de treinta minutos de un verdadero calvario que sufrió Colavita y su mujer, los malvivientes decidieron retirarse. Pero antes, para asegurarse su huida, inmovilizaron a ambos con ataduras en sus manos y posteriormente les taparon los rostros con remeras.
Después de un instante, y al asegurarse que el peligroso trío ya no se encontraba en la casa, Antonio pudo zafar de las ataduras y dar aviso a sus hijos Raúl y Marcelo de lo sucedido.
Ambos acudieron en forma inmediata y posteriormente lo hizo el personal de la Estación de Policía Comunal, que inició las actuaciones sumariales correspondientes.
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