Encapuchado sorprendió en pleno descanso a una abuela de 91 años y le robó dinero

El hecho de tener enrejada su casa no fue un escollo para un solitario delincuente cometió un audaz robo en el que, una vez más, la víctima resultó ser una jubilada.

El ilícito (uno más y van…) fue cometido en la vivienda de María Teresa Destéfano, de 91 años, en la calle 30 entre 17 y avenida Favaloro.

En medio de la lógica conmoción, la mujer relató a El Diario que cerca de la una se vio sobresaltada al despertar y encontrarse con un sujeto al lado de su cama, que tenía su rostro cubierto con una capucha para no ser reconocido.

«No me pegó. Lo único que quería y me exigía era dinero, y que no lo denunciara a la Policía», relató la damnificada instantes después de finalizar su declaración ante los efectivos policiales que tomaron intervención en el caso.

Presa del miedo y para preservar su integridad física, María Teresa le entregó el poco dinero que tenía en una billetera al ladrón («era un joven, de esto estoy segura», señaló), el cual no conforme con ello procedió a revisar distintas dependencias en busca de objetos de valor aunque no se detectaron faltantes.



VICTIMA INCOMUNICADA

Antes de escapar por la puerta principal, el sujeto cortó la línea de teléfono impidiendo de esa manera que la abuela pidiera ayuda en forma inmediata. Recién por la mañana, cuando arribó una persona de su confianza, pudo avisar a sus familiares y a la Estación de Policía Comunal.

En cuanto a cómo el ladrón entró a la casa, la cual tiene colocadas rejas en puertas y ventanas, se comprobó que lo hizo a través del ventiluz de un baño. Desplazándose por un paredón lindero, el delincuente forzó y retiró la reja para luego entrar por el pequeño hueco.
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