Desde el 1 de diciembre están vigentes las nuevas tarifas de gas y electricidad en todo el país. El aumento promedio en las facturas gasíferas es del 45%, mientras el precio mayorista de la energía se incrementa un 36,8% con distinta incidencia para cada distribuidora local.
Según el diario Ambito, los aumentos en luz y gas se deben en parte al recorte de los subsidios a cargo del Estado, pero sobre todo al reconocimiento de mayores precios a las petroleras que producen gas, a las generadoras eléctricas y a las transportistas y distribuidoras de ambos productos.
Las tarifas de gas aumentarán nuevamente en abril de 2018, por lo que se estima que en la próxima temporada de otoño-invierno habrá de pagarse el doble por un consumo igual al de este año.
Las tarifas de electricidad volverán a aumentar a partir de febrero del próximo año.
Para estimar los aumentos en las tarifas de luz en el interior hay que considerar que el precio mayorista, fijado por el Gobierno nacional, pasa de $640 por megavatio (1.000 kilovatios) a $876 con una variación del 36,8%. Pero hay además una reasignación del costo del transporte eléctrico para que la demanda pague una parte significativa, cuya incidencia todavía no se conoce en las provincias.
Además, y según la misma fuente, el Ministerio de Energía de la Nación decidió volver a los contratos firmados con transportistas y distribuidoras en el momento de la privatización, sin renegociar nuevas condiciones, por lo cual los usuarios financian las inversiones que esas empresas prometen realizar en el quinquenio. Y tienen asegurada la ecuación económica mediante ajustes semestrales por índices de inflación.
