El homenaje fuera objetado debido a las pruebas existentes acerca de los bombardeos realizados por España sobre la población civil y sus manantiales durante la guerra del Rif, en la que se pretendía someter al pueblo colonial rifeño, -parte de Marruecos-, y en donde desde los aviones de guerra fueron arrojados diferentes productos químicos y gas mostaza. Iglesias participó en dicha guerra en su condición de aviador, por lo que fue reconocido por el citado monarca.
La actitud de la referida Comisión Directiva es digna de elogio, y según se ha conocido, la propuesta del homenaje no surgió de ninguno de sus integrantes.
