Joven denunció haber sido golpeado por dos policías frente a su domicilio, y por uno de ellos dentro de la Comisaría de Balcarce.


 Eduardo Nahuel Ramirez Bazan, de 23 años de edad, denunció ayer ante la Unidad Fiscal Descentralizada de nuestra ciudad haber sido golpeado delante de su hogar sito sobre calle 41 y posteriormente en el interior de la Comisaría, durante la madrugada del domingo 29 de mayo.
   Relató que en oportunidad de conducir un automóvil fue abordado desde cerca por un móvil policial, y que debido a que dentro del mismo se encontraba un efectivo del cual poco tiempo atrás sufriera una intimidación, optó por no detenerse y dirigirse prontamente a su domicilio en demanda de la protección de sus padres y con la voluntad de dar las explicaciones que fueren necesarias a los policías, delante de sus progenitores.
   Manifestó que al bajar del rodado fue abordado por los uniformados a quienes identificó como los oficiales Gustavo Olivera y Cristian Manuel, los cuales, según señala,  le golpearon para lograr separarlo de las rejas del frente del inmueble. Afirmó haber sufrido allí golpes en la cabeza y la cara, la introducción de un dedo en su ojo y tres puntapiés en los testículos.
   Ramirez Bazan expresó que luego fue esposado y trasladado en el móvil policial hasta el Hospital. Dijo haber sido insultado durante dicho trayecto. Lamentó que el médico que le revisó en el nosocomio hiciera caso omiso a los golpes que manifestaba en la cara y en el ojo. "Sólo me revisó la panza", expresó.
   El joven narró que una vez ingresado a la Comisaría, el oficial Adrián Manuel jefe de calle le propinó dos patadas en el pecho, mientras le insultaba. Agregó que dentro de la cocina fue hecho caer mediante una patada arrojada por dicho uniformado, quien luego le pegó dos patadas en la espalda, una en el pecho y tres cachetadas en el lado izquierdo de su cara, con diferentes insultos, todo mientras permanecía esposado en el suelo.

   Ramirez Bazan manifestó que luego de ello, Manuel se retiró de dicha cocina dejándole tirado sobre el suelo, lugar de donde fue incorporado por otro efectivo y sentado sobre un banco. Afirmó que seguidamente le quitaron las esposas, para luego ingresarlo al calabozo, donde permaneció aproximadamente cuatro horas, según señala, hasta recuperar su libertad.
   La gravedad de los hechos denunciados hace imprescindible una pronta y esmerada investigación a fin de determinar la comisión o no de delitos, contribuyendo de esa manera a evitar que conductas como las descriptas puedan repetirse, si la Justicia de termina que así ha sucedido
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