Hace 25 años nos dejaba Juan M. Bordeu ~ impulsor del Museo del Automovilismo "Juan M. Fangio"

Nació en nuestros campos el 28 de enero de 1934. Serio, introvertido. Callado. Juan Manuel Bordeu fue uno de los más populares pilotos del TC de los ´60. Campeón nacional en 1966 y discípulo de Fangio. Nos dejó un 24 de noviembre de 1990. RECUERDO.

"Pienso que no dejaré huella como corredor de autos. No sentí la pasión sagrada de haber llegado tan lejos como pude haber llegado. Traté siempre de ser un buen tipo, simplemente eso. En una de esas consigo que me recuerden más por eso que por ser piloto". Juan Manuel Bordeu, en uno de sus últimos reportajes, en 1990.

Nació en nuestros campos el 28 de enero de 1934. Serio, introvertido. Callado. Juan Manuel Bordeu fue uno de los más populares pilotos del TC de los ´60, por su conducta y por andar realmente fuerte con su Coloradita, el Chevrolet que le preparaba Rubén Fangio. Era inteligente y recibía muy buenos consejos de Juan M. Fangio, que lo conoció en Mar del Plata en 1959. Así fue como se conectó con Vittorio Stanguellini, constructor de monoplazas de F-3 y tuvo la oportunidad de ganar en Europa. Un terrible accidente con un Lotus Elite practicando en Goodwood impidió que debutara en F1. Carlos Menditeguy, que estaba de paso en Londres se encargó de auxiliarlo. "No te vayas, no me dejes", fue tapa.


El debut de Juan Manuel Bordeu con la "Coloradita", una creación de Rubén “Toto” Fangio, con suspensión original Chevrolet y motor 250 pulgadas cúbicas, se produjo en Olavarría el 3 de marzo de 1963, el mismo día que se mató Juan Gálvez. Ese año participó en unas quince competencias. Fue Subcampeón al año siguiente. En 1965, corrió la "Dos Océanos", que unía Mar del Plata con Viña del Mar. Tuvo un terrible accidente cuando iba ganando: se le rompió un depósito de agua caliente y sufrió quemaduras. No correría hasta 1966, su gran año. Después de Fangio, fue el segundo piloto de TC que logró un título con Chevrolet, y en una década copada por los Ford. Una hazaña que traería cambios.

Era tiempo de comenzar a innovar y desplazar de a poco a las cupecitas. Aparecen el “Chevitú” de Cupeiro, el “trueno Naranja” de Pairetti y los Torino: todo comenzó a transformarse. Juan Manuel Bordeu tuvo una etapa bastante variada en lo referido a sus autos, y más bien experimental. Usó un vehículo llamado “Monito”, con un motor del ingeniero Joseph, con el que ganó en el autódromo de Buenos Aires en 1968, siendo esta la única carrera que hizo con ese auto. También corrió con un Baufer que en algunas carreras tuvo motor Chevrolet y en otras Dodge y manejó también la “Garrafa” de Andrea Vianini. Su retorno al triunfo fue en 1971 con un Dodge Polara que le dio tres victorias.

Una cupé Dodge fue su último auto de competición, con él corrió el 17 de diciembre de 1972 en Zapala y cuando iba primero tuvo un problema mecánico que lo dejó en el 8vo lugar. Al término de ésta decidió oficializar su retiro y dedicar más tiempo a su vida personal y sus negocios agropecuarios. Se casó y tuvo tres hijos, dos mujeres y un varón, Juan Manuel hijo, que empezó a correr manejando muy bien, pero luego murió en un accidente de autos siendo muy joven. Una de sus hijas, Ivonne, se casó con Mauricio Macri. Bordeu se casó por segunda vez con la actriz Graciela Borges. Fruto de esa relación nació su cuarto hijo, Juan Cruz Bordeu quien no siguió los pasos deportivos de su padre.

Aunque ya no era piloto seguía ligado a la actividad ocupando un alto cargo en el Automóvil Club Argentino. Bajo esta condición, impulsó a Fangio a crear el Museo del Automovilismo en Balcarce, presidiendo para ello la Comisión que inició la construcción sobre un derruido edificio céntrico de principios de siglo XX. En la segunda mitad de los ochenta, los trajines de una vida plena de velocidad y pasión, salpicada por los accidentes que sufriera y que le dejaron secuelas, alguna quemadura y renguera, le pasaron factura con una leucemia que de a poco se lo fue llevando hasta bajarle la bandera a cuadros un 24 de Noviembre de 1990. Sus ojos claros lucen hoy en el recuerdo, más serenos que nunca.
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